El aumento en los precios de verduras como cebolla, tomate y pimiento está afectando los hogares y comedores populares de Guayaquil, donde las familias y negocios enfrentan dificultades para mantener sus presupuestos. En mercados como el Caraguay, la cebolla colorada ha pasado de $0,50 a $1 por libra, y el tomate alcanza los $0,80, obligando a los consumidores a reducir su compra de productos frescos o buscar alternativas más económicas.
Los comedores, esenciales para trabajadores y estudiantes, están adaptándose con creatividad para no trasladar el costo a los clientes. Algunos optan por menús con más granos, como lentejas, o reducen las porciones de verduras, mientras otros negocian directamente con proveedores para obtener mejores precios. “Estamos usando más arroz y menestras para no subir los precios del almuerzo”, explicó una comerciante del mercado Sauces 9, donde un almuerzo sigue costando entre $2,50 y $3.
La situación, atribuida a problemas climáticos y logísticos que afectan la producción y distribución, genera preocupación por el impacto en la nutrición de las familias de bajos ingresos. Los comerciantes piden al gobierno medidas para estabilizar los precios, mientras los hogares ajustan sus recetas diarias. En Guayaquil, la resiliencia de los comedores y la comunidad busca mantener la comida en la mesa a pesar de los crecientes costos.