junio 20, 2025 | Actualizado ECT
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Un llamado superior: La reveladora historia de la Hermana Eva, de Reina de belleza a sierva de Dios

Kamila Rodrigues Cardoso, conocida como Hermana Eva, dejó las pasarelas para dedicarse a la vida religiosa, impactando a miles con su transformación

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junio 19, 2025 | 14:35 ECT

En un mundo donde las redes sociales amplifican historias extraordinarias, la vida de Kamila Rodrigues Cardoso, ahora conocida como Hermana Eva, ha capturado la atención de miles. Esta joven brasileña de 21 años, originaria de Patos de Minas, Minas Gerais, pasó de brillar en concursos de belleza a abrazar una vocación espiritual que la llevó a convertirse en monja a los 18 años. Su historia, marcada por la pérdida, la búsqueda de sentido y un compromiso profundo con la fe, se ha vuelto viral, inspirando a personas en Brasil y más allá.

Kamila, quien en su adolescencia destacó como modelo y reina de belleza, enfrentó un punto de inflexión tras la muerte de su padre a los nueve años. Este doloroso evento sembró en ella una crisis emocional que, con el tiempo, la llevó a cuestionar su camino en el mundo del modelaje. “Durante mi época como modelo, pensé que había encontrado mi vocación. Pero a los 9 años, perdí a mi padre, y en la adolescencia, me di cuenta de que ya no lo tendría. Así que empecé a sufrir depresión y ansiedad, y empecé a pensar que ser modelo ya no me llenaba el corazón”, relató en una entrevista en el programa The Noite.

Su búsqueda espiritual la llevó a la iglesia, donde encontró consuelo rezando el rosario y asistiendo a misa. Un momento decisivo ocurrió cuando, durante una homilía, vio pasar a una monja y sintió una conexión profunda: “Vi en ella una luz muy intensa”, recordó. Este encuentro la inspiró a estudiar la vida monástica, y pronto se imaginó vistiendo el hábito. A los 18 años, Kamila ingresó al convento y adoptó el nombre de Eva, en referencia a la figura bíblica, explicando que “fue sacada de las costillas de Adán y vivió con el aliento de Dios”.

Hoy, Hermana Eva es parte de la Congregación Sancta Dei Genitrix, una comunidad religiosa independiente liderada por el sacerdote ortodoxo José Ribamar Dias. Desde allí, participa activamente en proyectos sociales que ofrecen servicios médicos, psicológicos y dentales a unas 100 mil personas en Sol Nascente, la favela horizontal más grande de Latinoamérica. “Aquí, en Sol Nascente, somos una región periférica. Hay muchas familias que necesitan ayuda”, destacó.

La fama de Hermana Eva llegó inesperadamente tras la viralización de un video en el que aparece vendiendo rosarios y colgantes en un bar en Goiânia. Su belleza y serenidad captaron la atención de los internautas, quienes la apodaron la “monja modelo”. A pesar de los elogios y propuestas que ha recibido, ella mantiene su enfoque claro: “Me cuido, me maquillo, porque quiero ofrecerle lo mejor de mí a Jesús. Soy su esposa”. A través de las redes sociales, junto a otras monjas, comparte mensajes de fe y muestra el impacto de su labor comunitaria, demostrando que su belleza exterior ahora está al servicio de una misión mayor.

La historia de Hermana Eva no solo destaca por su transformación personal, sino por su compromiso con los demás. Su decisión de dejar las pasarelas por el convento es un testimonio de autenticidad y entrega, inspirando a quienes buscan un propósito más allá de lo material.

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