El cantante de R&B R. Kelly, quien cumple una condena de 50 años por delitos sexuales y crimen organizado, ha presentado una grave denuncia contra funcionarios de la prisión federal en Butner, Carolina del Norte, donde está recluido. Según documentos judiciales presentados por su equipo legal, Kelly asegura que los custodios conspiraron para asesinarlo al administrarle una sobredosis intencional de medicamentos, lo que lo llevó a colapsar y ser hospitalizado de emergencia.
Los abogados de Kelly, liderados por Beau Brindley, alegan que el pasado 10 de junio el cantante fue puesto en régimen de aislamiento y se le proporcionó medicación adicional para tratar su ansiedad y problemas de sueño, con instrucciones específicas sobre cómo tomarla. Según la defensa, el 12 de junio, tras seguir estas indicaciones, Kelly comenzó a sentirse mareado, débil y a ver “manchas negras”, para luego perder el conocimiento tras caerse al intentar levantarse. El cantante fue trasladado al Duke University Hospital, donde se le diagnosticaron coágulos de sangre en los pulmones, requiriendo cirugía.
La moción presentada por los abogados de Kelly también incluye una declaración jurada de Mikeal Glenn Stine, un supuesto miembro de la Hermandad Aria, quien afirma que funcionarios penitenciarios lo trasladaron desde una prisión en Arizona a la misma unidad que Kelly en marzo, con la intención de que atentara contra su vida. Según Stine, los funcionarios le ofrecieron libertad condicional a cambio de cometer el acto, motivados por el temor a que Kelly expusiera supuestas irregularidades en la prisión, incluyendo la interceptación de correspondencia con su equipo legal.
Los fiscales federales han calificado estas acusaciones como una “conspiración fantasiosa” y han rechazado la solicitud de Kelly para ser liberado bajo detención domiciliaria, argumentando que el cantante, de 58 años, nunca ha asumido responsabilidad por sus crímenes y que sus afirmaciones carecen de fundamento. “Kelly es un acosador de menores prolífico que ahora pide a la corte que lo libere bajo el pretexto de una conspiración elaborada”, declararon los abogados del gobierno, quienes también cuestionaron la jurisdicción de un juez de Chicago para modificar su sentencia.
El viernes, un juez federal en Chicago negó la solicitud de liberación de Kelly, manteniendo su condena. El cantante, conocido por éxitos como I Believe I Can Fly, fue sentenciado en 2021 a 30 años por tráfico sexual y crimen organizado en Nueva York, y en 2022 a 20 años adicionales por cargos de pornografía infantil y abuso sexual en Chicago. Actualmente, enfrenta múltiples condenas que lo mantendrán en prisión por décadas.
El caso ha generado controversia, con algunos sectores en redes sociales apoyando las denuncias de Kelly, mientras que otros lo acusan de intentar manipular la narrativa para evadir su condena. La Oficina de Prisiones se ha abstenido de comentar sobre el caso, citando políticas sobre asuntos legales pendientes.
