Brasilia, Brasil – Una reciente encuesta de la firma Datafolha ha encendido las alarmas en el panorama político brasileño, revelando un significativo deterioro en la imagen del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Según el estudio, el 56% de los brasileños asegura sentir “vergüenza” del mandatario, una cifra que contrasta drásticamente con el 40% que expresa orgullo. Estos resultados marcan los niveles más bajos de aprobación para Lula desde su retorno al poder en enero de 2023, reflejando un clima de creciente desconfianza.
La desilusión ciudadana no se limita a la figura presidencial. El sondeo también muestra un profundo desencanto con otras instituciones clave del poder central: el 59% de los encuestados se avergüenza del Senado, el 58% de los diputados federales y un similar 58% de los magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF). En contraste, la población manifiesta un orgullo significativamente mayor hacia autoridades y entidades más cercanas, con el 62% orgulloso de sus alcaldes y el 55% de las Fuerzas Armadas, evidenciando una desconexión entre los niveles de gobierno.
Este escenario de polarización y desconfianza se inserta en la compleja trayectoria de Lula, marcada por sus exitosos primeros mandatos (2003-2010), pero también por los escándalos de corrupción como el Mensalão y la Operación Lava Jato, que lo llevaron a prisión y luego a la anulación de sus condenas por cuestiones procesales. A pesar de su victoria en 2022 sobre Jair Bolsonaro, la persistencia de una imagen negativa ligada a sus antecedentes judiciales y la fuerte polarización política siguen configurando un desafiante panorama para su actual administración.
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