Evelio Ordóñez, conocido en las canchas como el “Corcel Negro”, fue un delantero letal, un definidor implacable en el área que dejó huella en cada equipo ecuatoriano por el que pasó pero ahora vive alejado del fútbol pero feliz manejando su bus.
Su potencia, oportunismo y capacidad goleadora lo convirtieron en un nombre reconocido en el fútbol nacional durante su época como profesional. Pero tras colgar los botines, Ordóñez decidió no quedarse quieto. En lugar de seguir vinculado al fútbol desde los banquillos o escritorios, eligió cumplir otro de sus sueños de infancia: convertirse en chofer de bus, algo que otros ni imaginarían.
“Siempre quise manejar un bus desde niño. El fútbol fue mi primera pasión, pero ser chofer fue siempre mi segundo sueño. Hoy, ya retirado, simplemente lo hago realidad”, confesó Evelio, quien recorre rutas sirviendo a su comunidad con la misma entrega con la que defendía los colores de sus equipos.
Aclaró que no lo hace por necesidad económica, sino como una forma de mantenerse activo y seguir soñando. “No estoy quebrado. Solo hago lo que haría cualquier jubilado para no pasar todo el día en casa. Hoy conduzco con alegría, cumpliendo un deseo que tenía desde niño”.
El “Corcel Negro” demuestra que los sueños no tienen fecha de caducidad, y que la grandeza no se mide solo por los goles, sino también por la humildad y la pasión con la que se vive cada etapa de la vida.
Evelio Ordóñez, del gol al volante: el “Corcel Negro” que ahora conduce un bus y cumple su sueño de niño
En su tiempo el jugador fue goleador de El Nacional y también jugó en la selección nacional.


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