El 21 de julio de 2025, el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, anunció en CBN que el gobierno de Lula da Silva tiene “planes de contingencia” si fracasan las negociaciones con EE. UU. y entra en vigor el arancel del 50% a importaciones brasileñas el 1 de agosto. Brasil insiste en negociar, habiendo enviado cartas en mayo y la semana pasada, pero evalúa medidas de apoyo a sectores afectados ante una posible “agresión externa injustificable”.
Haddad atribuyó la crisis a la relación de Donald Trump con Jair Bolsonaro, acusado de liderar un complot golpista contra Lula tras las elecciones de 2022. Trump justificó el arancel el 9 de julio, alegando una “caza de brujas” contra Bolsonaro, quien enfrenta medidas cautelares del Supremo, incluyendo tobillera electrónica.
EE. UU. revocó el visado del juez Alexandre de Moraes y abrió una investigación por prácticas discriminatorias de Brasil. Haddad señaló que una “fuerza de extrema derecha” en Brasil, ligada a Bolsonaro, perjudica los intereses nacionales, intensificando la tensión diplomática.