Un brote de chikunguña, un virus transmitido por mosquitos que causa dolores articulares incapacitantes, está generando una respuesta sanitaria en China comparable a la del Covid-19. Con epicentro en Guangdong y casos en aumento en Asia, África y Sudamérica, Estados Unidos ha emitido alertas para viajeros, según The New York Post.
Identificado en 1953 en Tanzania, el chikunguña infecta anualmente a 35.3 millones de personas en 180 países, con 3,700 muertes, según el ECDC. Aunque la mortalidad es baja, el 40% de los infectados sufre dolores articulares y musculares crónicos que pueden durar años. Los síntomas incluyen fiebre alta, erupciones, fatiga y dolor articular severo, afectando especialmente a ancianos, embarazadas, niños y personas con enfermedades crónicas.
No hay tratamiento específico, solo medidas sintomáticas como descanso, hidratación y analgésicos, evitando aspirina por riesgo de confusión con dengue. La inmunoterapia es una posibilidad, pero la prevención, centrada en evitar picaduras de mosquitos Aedes, es clave. Vacunas como Ixchiq, aprobada en la UE en 2024, y dos en EE.UU., ofrecen esperanza.
La expansión de mosquitos vectores a regiones templadas y la alta movilidad de viajeros aumentan el riesgo de que el virus se establezca en nuevas áreas. Las autoridades instan a reforzar medidas preventivas para contener esta enfermedad que, por su impacto debilitante, amenaza la salud pública global.