El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, rechazó este lunes las acusaciones internacionales de que su Gobierno esté provocando una hambruna o cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza, en el marco del conflicto con el grupo islamista Hamás que ya suma más de 20 meses.
“No hay hambruna. No hay genocidio. Si quisiéramos provocar la hambruna, dos millones de gazatíes no vivirían hoy, después de 20 meses. Si quisiéramos cometer genocidio, bastaría una tarde para hacerlo”, declaró Netanyahu, en alusión a las críticas de organismos humanitarios y gobiernos que han denunciado la grave crisis humanitaria en el enclave.
Las declaraciones se producen mientras la Corte Internacional de Justicia y la ONU han advertido sobre el riesgo de hambruna y la destrucción masiva de infraestructura civil en Gaza debido a los ataques y el bloqueo impuesto por Israel desde octubre de 2023, tras la ofensiva de Hamás que dejó centenares de muertos en territorio israelí.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras y el Programa Mundial de Alimentos sostienen que la población gazatí enfrenta niveles alarmantes de inseguridad alimentaria y que la asistencia humanitaria sigue siendo limitada por las restricciones de entrada de suministros.
Israel, por su parte, argumenta que su operación militar busca desmantelar a Hamás y liberar a los rehenes israelíes que aún permanecen en poder del grupo. Netanyahu insistió en que las acusaciones de genocidio forman parte de una “narrativa falsa” que busca deslegitimar la defensa de su país.
