El auge turístico que disfrutan localidades costeras como Tonsupa, en Esmeraldas, tiene un costo preocupante: la acumulación de basura. Testimonios de operadores locales revelan que en temporada alta los contenedores colapsan y los residuos terminan dispersos sobre la arena, lo que genera una imagen negativa tanto para nacionales como para extranjeros.
Operadores han tenido que sacar bolsas de desechos a las calles, sin que la recolección municipal se ejecute con regularidad, pero mucha de la suciedad es por la mala disposición de desechos de parte de los turistas.
Este fenómeno afecta directamente al atractivo turístico y pone en evidencia fallos en la gestión de los distintos municipios en cuanto al servicio de limpieza. Si bien se han organizado “mingas” de limpieza en Tonsupa, lideradas por el gobierno local y entidades públicas, estas acciones han sido reactivas, sin soluciones permanentes.
Se trata de un desafío doble: por un lado, se celebra la recuperación del turismo; por otro, se resalta la urgencia de fortalecer la infraestructura de gestión de residuos. Mantener playas limpias no solo es una responsabilidad ambiental, sino también una condición clave para sostener el desarrollo turístico y la economía local.