A pesar de la creciente tensión entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro, el pueblo venezolano se ha mantenido inmutable ante el despliegue militar en el Caribe. La movilización de buques de guerra estadounidenses, que ha sido respondida con un llamado de Maduro para reclutar milicianos, no ha generado una respuesta masiva por parte de la ciudadanía. De hecho, plazas y cuarteles en varios estados del país lucieron vacíos durante la jornada de reclutamiento, evidenciando una profunda desconexión entre el discurso oficial y la realidad social.
Analistas y líderes de la oposición han interpretado este desinterés como una clara señal de que los venezolanos están más preocupados por la grave crisis económica y social que vive el país que por las amenazas externas. El fracaso en la convocatoria de la Milicia Bolivariana desmiente la afirmación del régimen de contar con millones de seguidores dispuestos a defender la revolución, y pone en evidencia el hastío de una población que ha preferido ignorar la retórica belicista del gobierno.