Estados Unidos intensificó su presencia en el Caribe con el despliegue de 10 cazas F-35 en Puerto Rico, como parte de una ofensiva contra grupos narcoterroristas vinculados a Venezuela, según Reuters. La operación, que incluye siete buques de guerra, un submarino nuclear y más de 4.500 efectivos, busca presionar a redes acusadas de introducir drogas en territorio estadounidense, en medio de tensiones con Nicolás Maduro.
Los F-35, cazas de quinta generación, destacan por su velocidad supersónica, alta maniobrabilidad y capacidad de sigilo, con un diseño que reduce su detección por radares mediante recubrimientos especiales, bordes alineados y baja firma térmica. Equipados con avanzados sistemas de guerra electrónica y conexión en red, integran inteligencia de múltiples fuentes y operan con drones e IA.
Este despliegue, tras un ataque a un barco venezolano que dejó once muertos, refuerza la estrategia de Donald Trump contra el narcotráfico, mientras Maduro denuncia un intento de cambio de régimen, elevando las tensiones en la región.