El aclamado tenor italiano Andrea Bocelli ha conmovido a sus seguidores al abrirse sobre los episodios más oscuros de su vida en el documental “Andrea Bocelli: Because I Believe”. El artista, conocido mundialmente por su prodigiosa voz, ha revelado detalles íntimos sobre su infancia, marcada por una ceguera progresiva y un accidente que le arrebató la vista por completo a los 12 años.
Según el relato de Bocelli y de su hermano, Alberto, el cantante nació con un glaucoma congénito que le causó una miopía extrema. Durante sus primeros años, se sometió a 13 operaciones en un intento por preservar su visión, un proceso que su hermano describió como una “tortura”.

A los 7 años, debido a su condición, fue enviado a un internado para personas con discapacidad visual. Bocelli confiesa que esta fue una de las etapas más difíciles de su existencia: “Fue el peor momento de mi vida”, afirmó.
El momento definitivo de su ceguera ocurrió en este internado, durante un partido de fútbol. En un inusual giro del destino, Bocelli se ofreció a atajar en la portería por primera y única vez. “La pelota me golpeó en la cara y, a raíz del golpe, tuve una hemorragia…”, relata el tenor. Su hermano complementa la historia con una cruda frase: “Fue entonces cuando cayó la oscuridad”.

Además de la ceguera, Bocelli confesó haber luchado durante años con un severo pánico escénico. Describe “una ansiedad incontrolable” y “palpitaciones terribles” que lo acompañaban en cada concierto. Este miedo, explica, se debía a una técnica vocal imperfecta, algo que pudo superar al conocer al legendario Luciano Pavarotti.
El documental también resalta la actitud de su madre, quien siempre se negó a ver a su hijo como una “pobre víctima”, un principio que el propio Bocelli adoptó. El artista ha demostrado a lo largo de su carrera que, a pesar de las adversidades, su talento y su valentía lo han llevado a convertirse en una de las figuras más respetadas y queridas de la música a nivel global.

