Desde el 13 de septiembre de 2025, el precio del galón de diésel se fijó en $2,80 tras la decisión del Gobierno de eliminar el subsidio a este combustible. Aunque este nuevo costo estará vigente hasta el 11 de diciembre, no es el precio final. La Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo (Camddepe) estima que aún queda un subsidio de 16 centavos. Después de la fecha límite, el precio del diésel se regulará a través de un sistema de bandas, similar al de las gasolinas extra, ecopaís y súper, lo que hará que su valor fluctúe mensualmente según los precios internacionales del petróleo.
La ministra de Economía y Finanzas, Sariha Moya, ha defendido la medida como una “eliminación completa” del subsidio, necesaria para evitar que se sigan beneficiando grupos irregulares. Sin embargo, voceros de la Camddepe, como su presidente Ivo Rosero, señalan que el alza probablemente no reducirá el consumo de manera significativa, ya que la demanda de diésel es “inelástica”. Esto se debe a que se utiliza principalmente en equipos y vehículos de trabajo, para los cuales no existen sustitutos. Las cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) respaldan esta idea, mostrando que el consumo de diésel aumentó un 3% entre enero y julio de 2025 en comparación con el año anterior.
Mientras tanto, los expertos Oswaldo Erazo y Ivo Rosero han calificado la decisión del Gobierno como “valiente” y señalan que era insostenible a largo plazo, pues beneficiaba al contrabando y a grupos delictivos. Sin embargo, consideran que la eliminación del subsidio debió ser gradual para evitar consecuencias negativas para la población. Por su parte, la Cámara de Distribuidores de Derivados del Petróleo espera que las autoridades atiendan su pedido de aumentar el margen de comercialización, que no ha sido revisado en 22 años. De no ser así, advierten que las estaciones de servicio podrían enfrentar problemas de liquidez y financiamiento para adquirir el combustible.