El proceso de revocatoria de mandato contra el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, ha entrado en su fase final de recolección de firmas, con un solo punto de activación restante en el centro de la ciudad. El proponente, Néstor Marroquín, alega que el alcalde incumplió sus funciones al realizar proselitismo político a favor de la candidata Luisa González en las elecciones presidenciales de 2023. Esta acción, que no está permitida para funcionarios en ejercicio, es la base legal para el proceso. Según Marroquín, se han reunido aproximadamente 310,000 firmas, superando las 206,000 requeridas para que la iniciativa avance al siguiente nivel.
El equipo encargado de la revocatoria está actualmente tabulando y organizando los formularios para su presentación formal ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), prevista para la primera semana de octubre. Se espera que el CNE disponga de unas tres semanas para la validación de las rúbricas. Este proceso se ha llevado a cabo en medio de tensiones, incluyendo una denuncia por descrédito contra el alcalde, que fue resuelta a través de un acuerdo de respeto mutuo. Adicionalmente, Muñoz ha presentado una acción de protección en la Corte Constitucional contra la sentencia que permitió el trámite, cuya resolución aún está pendiente.
Si el CNE valida la cantidad necesaria de firmas, el siguiente paso será convocar a la ciudadanía a las urnas para que decidan si el alcalde Pabel Muñoz debe continuar o no en su cargo. Esta consulta popular podría realizarse a finales de diciembre o en enero. Si las firmas no son validadas, el proceso se archivaría, aunque la causal podría ser retomada en el futuro por otro interesado. Marroquín expresó su satisfacción con el proceso, destacando que su objetivo es recordarle a las autoridades que nadie está por encima de la ley y que deben respetar las restricciones sobre el proselitismo político.