El presidente Daniel Noboa, en una visita a Otavalo, provincia de Imbabura, arremetió duramente contra los manifestantes, calificando las protestas de “actos de terrorismo disfrazados de protesta social”. El mandatario rechazó las amenazas de quienes, según él, pretenden expulsar a su gobierno de los territorios, advirtiendo que, de ser así, “a ellos se los expulsará primero”. Noboa sostuvo que los incidentes no son reclamos legítimos, sino “ataques calculados para sembrar miedo y desestabilizar” el país.
Para respaldar sus declaraciones, el presidente mencionó la detención de cuatro presuntos ciudadanos venezolanos en Chimborazo, a quienes, según él, capturaron “robando un camión con bombonas de gas para hacer bombas”. Noboa indicó que serán procesados por terrorismo y enviados a una cárcel de máxima seguridad. El mandatario reiteró su firmeza y aseguró que no retrocederá en su gestión, ya que considera que hacerlo sería “condenar al fracaso” al país.
Durante su intervención, el presidente también destacó los esfuerzos de su gobierno en la zona. Reconoció la labor de la vicepresidenta María José Pinto, quien trasladó la sede de la Vicepresidencia a Otavalo para garantizar la entrega de beneficios sociales. Noboa afirmó que se entregaron más de 1,800 bonos de $1,000, beneficiando a cerca de 80,000 agricultores. “Eso es lo que ellos quieren impedir”, concluyó, aludiendo a los manifestantes que, a su parecer, quieren detener el progreso económico del país.