Emma Stone enfrentó un reto monumental en La Favorita al transformar su apariencia para encarnar a Abigail Masham, una figura clave en la corte de la reina Ana. Según un artículo de Fotogramas citado por Infobae, la actriz se sumergió en un proceso de caracterización que combinó maquillaje, vestuario y una gestualidad específica para recrear con autenticidad la Inglaterra del siglo XVIII.
El equipo de producción trabajó minuciosamente para alejar a Stone de su imagen moderna. El maquillaje, diseñado para palidecer su piel y destacar imperfecciones propias de la época, evitó cualquier toque de glamour contemporáneo. Los corsés, tejidos históricos y colores apagados del vestuario no solo alteraron su silueta, sino que también influyeron en su postura y movimientos, obligándola a adoptar una gestualidad rígida acorde con las normas sociales de la época.
Stone reveló que la incomodidad de los atuendos y las exigencias del maquillaje fueron clave para comprender las limitaciones de su personaje. “El peso del vestuario y los cambios en la piel me ayudaron a sentir las restricciones de Abigail Masham”, comentó la actriz en entrevistas. Esta inmersión física le permitió modular su lenguaje corporal y expresiones, aportando matices sutiles a su interpretación.

El impacto de esta transformación trascendió lo estético. Los corsés y peinados estrictos restringían sus movimientos, lo que la llevó a perfeccionar gestos mínimos para transmitir las emociones de una mujer ambiciosa en un entorno opresivo. Según el equipo, este enfoque dotó a su actuación de una verosimilitud excepcional, consolidando a Stone como una intérprete capaz de adaptarse a los rigores del drama histórico.
En sus declaraciones, Stone expresó sorpresa inicial por la intensidad del proceso, pero destacó cómo la incomodidad se convirtió en una herramienta actoral. “Fue un desafío, pero me permitió encontrar matices nuevos en mi actuación”, afirmó. Además, elogió el trabajo conjunto de los departamentos de maquillaje y vestuario, cuyo esfuerzo fue crucial para dar vida al universo de La Favorita.
La transformación de Emma Stone en Abigail Masham no solo refleja su compromiso con el papel, sino también el poder del arte cinematográfico para transportar al público a otra época a través de detalles meticulosamente cuidados.
