El imponente USS Gerald R. Ford, el portaaviones nuclear más grande y moderno del mundo, realizó su primera visita a España, cruzando el Estrecho de Gibraltar el 1 de octubre y fondeando en la bahía de Palma de Mallorca hasta el 8 de octubre. Esta escala se enmarca en la cooperación naval entre la VI Flota de la US Navy y los aliados europeos de la OTAN. Nombrado en honor al 38º presidente de Estados Unidos, el buque es un emblema de la nueva generación de la flota estadounidense, con una eslora de 337 metros y capacidad para operar hasta 75 aeronaves entre cazas, aviones de alerta temprana y helicópteros.
A pesar de su trascendencia militar, la presencia del coloso naval, que desplaza 100.000 toneladas, no fue bien recibida por todos. En la isla se concentró un grupo de manifestantes que expresó su rechazo con pancartas que rezaban “Nuclear, no” y “Mallorca no es base militar”. Debido a su descomunal tamaño, el portaaviones no pudo atracar en el puerto y tuvo que permanecer fondeado en la bahía, lo que, junto a su propulsión alimentada por dos reactores nucleares, desató la preocupación de ciertos sectores.
Además de la controversia, la escala se vio marcada por un incidente de seguridad. El pasado domingo, varias embarcaciones civiles se acercaron demasiado al perímetro de seguridad establecido alrededor del USS Ford. El buque emitió una clara advertencia por sus altavoces: “Abandone la zona. Si no acata la orden, Estados Unidos podría tomar medidas defensivas y su buque podría sufrir daños”. Este aviso subraya las robustas medidas defensivas del buque, que cuenta con avanzados sistemas de misiles y tecnología de defensa de punto.