Durante la sesión solemne por los 205 años de independencia de Guayaquil, el alcalde Aquiles Álvarez ofreció un emotivo discurso en el que destacó la fortaleza, dignidad y espíritu resiliente del pueblo guayaquileño. En su intervención, subrayó que el verdadero motor del desarrollo de la ciudad es su gente, y que su administración trabaja con empatía, cercanía y planificación para devolverle a Guayaquil la dignidad que nunca debió perder.
“La verdad de este Municipio es la cercanía con ustedes. Devolver la dignidad que nunca debió perderse. Eso es gobernar con empatía y planificación”, afirmó Álvarez ante autoridades locales y nacionales, dirigentes barriales y representantes de distintos sectores sociales.
En un tono lleno de orgullo y sentido de pertenencia, el alcalde llamó a los ciudadanos a levantar sus banderas y sentirse orgullosos de su identidad. “Desde este río que todo lo ve, desde estas calles que laten, desde este pueblo que nunca se rinde, les digo con el corazón en alto: ¡Saca tu bandera! ¡Levántate! Identifícate con el celeste, el blanco y las estrellas!”, expresó emocionado.
Álvarez cerró su discurso con un mensaje de unidad y esperanza: “Guayaquil sigue de pie porque está hecha de su gente. Aquí nadie es más que otro, aquí todos valen, todos importan y todos construyen. Por eso no necesitamos invocar al Fénix para hablar de renacer, nosotros somos el Fénix”.
La ceremonia se desarrolló en un ambiente de fervor cívico, con la presencia de funcionarios, representantes de las Fuerzas Armadas, cuerpo consular, instituciones educativas y ciudadanía, quienes rindieron homenaje a la ciudad símbolo de independencia y libertad del Ecuador.