La Asamblea Nacional de Madagascar votó de manera abrumadora este martes a favor de destituir al presidente Andry Rajoelina, en medio de una grave crisis desatada por las protestas populares y el apoyo de una poderosa unidad militar insurrecta. Con 130 votos a favor de la destitución de un total de 131 participantes, la Cámara Baja forzó la salida del mandatario, quien horas antes había intentado disolver el Parlamento por decreto. El vicepresidente de la Asamblea, Siteny Randrianasoloniaiko, declaró que el decreto de Rajoelina carecía de validez legal por la falta de sello oficial y la firma del presidente.
La votación se realizó después de que Rajoelina, quien asumió su cargo tras su reelección en 2023, anunciara este lunes que había huido a un “lugar seguro” para proteger su vida, en un mensaje que sugiere que podría encontrarse fuera del país. La Presidencia, por su parte, emitió un comunicado advirtiendo que la reunión extraordinaria de la Asamblea Nacional carecía de “fundamento jurídico” y que cualquier decisión resultante sería “nula y sin valor”. Las protestas, que inicialmente surgieron por los cortes de agua y electricidad, se han tornado en movilizaciones masivas que exigen la dimisión del jefe de Estado.
La tensión escaló desde el pasado 25 de septiembre, llegando a un punto crítico el sábado cuando grupos de soldados se unieron a los manifestantes. El domingo, el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), una unidad militar conocida por participar en el golpe de Estado de 2009 que llevó a Rajoelina al poder por primera vez, aseguró haber tomado el control de las Fuerzas Armadas. Las protestas, inspiradas en movilizaciones juveniles recientes y consideradas las peores en la isla del sudeste de África en años, representan el mayor desafío que ha enfrentado el presidente.