Tras el empate 1-1 entre Barcelona SC y Universidad Católica, el dirigente Antonio Álvarez elevó su voz de protesta contra lo que considera un arbitraje “inexplicable”. En su tuit público, Álvarez instó a la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE) y a la Fiscalía a que evalúen posibles irregularidades no solo en los partidos, sino también en los vínculos económicos, amistades próximas y movimientos financieros de los árbitros ecuatorianos.
El presidente de la directiva torera señaló que “no se puede negar que algunos no lo son” —en referencia al gremio arbitral— y pidió que ese análisis incluya al círculo directo de los jueces, bajo la sospecha de apuestas u otros negocios que podrían afectar la imparcialidad deportiva.
El detonante de la crítica fue la ampliación del tiempo agregado a ocho minutos durante el encuentro, tiempo en el que Universidad Católica anotó el tanto del empate. Álvarez cuestionó la legitimidad de esta decisión y preguntó públicamente “¿Apuestas?” en relación con el suceso.
La exigencia ha generado reacciones en distintos ámbitos del fútbol ecuatoriano pues coincide con una fase clave de la temporada, en la que los equipos luchan por cupos internacionales y cualquier decisión arbitral puede tener impactos deportivos y económicos importantes.
