El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió de manera rotunda el auge de la inteligencia artificial (IA) como un motor económico y geopolítico clave, rechazando los temores crecientes en el mercado sobre una posible burbuja financiera en el sector. En respuesta a un periodista de la agencia AFP, el presidente Trump declaró: “No, me encanta la IA. Creo que va a ser muy útil. Están sucediendo muchas cosas con ella”.
Las declaraciones del presidente se producen en un momento de debilidad en las bolsas de Nueva York, donde los inversores anticipan una corrección, especialmente en las acciones de las grandes empresas tecnológicas vinculadas al desarrollo de la IA. El mandatario también aprovechó para posicionar a su país en la carrera tecnológica global, afirmando: “Estamos superando a China, estamos adelantando al mundo en términos de IA”. A pesar de la euforia que impulsa el gasto global en IA (cercano a 1.5 billones de dólares en 2025, según Gartner), la inversión masiva en infraestructura como hardware y centros de datos contrasta con la alta tasa de fracaso y la insatisfacción reportada en los proyectos iniciales de IA generativa.








