El portaaviones USS Gerald R. Ford de la Marina de Estados Unidos ha llegado a aguas del Caribe para apoyar el despliegue orientado al desmantelamiento de organizaciones criminales y al combate de lanchas de narcotraficantes que operan cerca de las costas de Venezuela. La nave, descrita como la “plataforma de combate más capaz, versátil y letal del mundo”, es el portaaviones más grande del mundo, con una capacidad para 4.500 tripulantes y 70 aviones.

El buque, que supera los 335 metros de largo y opera con energía nuclear, entró en servicio en julio de 2017 y marca una nueva era en el diseño de portaaviones estadounidenses, siendo el primero de la clase Gerald Ford que sucede a la clase Nimitz. Su despliegue en el Caribe se produce después de que el secretario de Defensa ordenara su abrupto traslado desde el Mediterráneo oriental hacia Latinoamérica, lo que representa una escalada sustancial del poderío militar estadounidense en la zona.









