El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró a Jesucristo como “señor y dueño” del país sudamericano, durante un encuentro de oración por la paz celebrado en el Palacio de Miraflores. El acto, que fue transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), contó con la participación de pastores evangélicos, la primera dama, Cilia Flores, y el diputado Nicolás Maduro Guerra. En el evento, denominado “Encuentro Binacional de Oración por la Paz”, Maduro leyó un manifiesto en el que ratificó su declaración y proclamó la sede presidencial como “un altar para glorificar a Dios”.

La inusual declaración de índole religiosa se produce en un momento de alta tensión entre Venezuela y Estados Unidos. La escalada de la confrontación se debe al despliegue militar aéreo y naval ordenado por la Casa Blanca en el mar Caribe, que el gobierno estadounidense justifica como una operación antidrogas. Por su parte, el régimen de Caracas denuncia esta movilización, que incluye la presencia del portaaviones USS Gerald Ford, como una “amenaza” e intento de promover un cambio de régimen. Maduro también ha reiterado su disposición al diálogo, incluso a conversar “cara a cara” con el presidente Donald Trump, mientras su gobierno es objeto de sanciones y acusaciones de narcotráfico, como la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista.









