El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, cumplió dos años de gestión al frente del Estado, un periodo que incluyó su mandato transitorio y el inicio de su periodo constitucional completo. El Gobierno difundió un balance con indicadores económicos y sociales positivos, pero omitió el dato más crítico de la crisis que vive el país: el aumento de la violencia. La información oficial destacó que el riesgo país se redujo de mil novecientos quince a seiscientos setenta y siete puntos, las reservas internacionales aumentaron a nueve mil cuatrocientos seis millones de dólares y la inflación anual descendió a uno punto veinticuatro por ciento. También se resaltó el incremento en el empleo adecuado, la reinserción escolar y la incautación de quinientas trece toneladas de droga.
Sin embargo, un análisis estadístico elaborado por Primicias con base en información del Ministerio del Interior reveló que, entre noviembre de dos mil veintitrés y octubre de dos mil veinticinco, Ecuador registró quince mil quinientos sesenta y un asesinatos, con un promedio de veintidós crímenes por día. Este periodo incluyó el día más violento de la historia del país, el uno de enero de dos mil veinticuatro, con sesenta y cuatro muertes violentas, y el mes más violento, mayo de dos mil veinticinco, con novecientos treinta y cuatro crímenes. A pesar de que la administración Noboa ha implementado militarizaciones, estados de excepción y la declaración de “conflicto armado interno”, la tendencia proyecta que Ecuador podría cerrar dos mil veinticinco con una tasa de homicidios de cincuenta por cada cien mil habitantes, convirtiéndolo en uno de los países más violentos de la región. El balance del Gobierno también incluye cifras de programas sociales cuya verificación independiente se ve obstaculizada por la clasificación de la información como confidencial.
Tomado de Infobae, Yalilé Loaiza, Quito Ecuador








