En un secreto a voces que finalmente sale a la luz, un amigo cercano de Taylor Swift ha confirmado que la icónica mansión de la cantante en Watch Hill, Rhode Island, será el escenario de su boda con Travis Kelce, el carismático tight end de los Kansas City Chiefs. La propiedad, adquirida por Swift en 2013 por 17 millones de dólares, se convertirá en el epicentro de una ceremonia soñada, con una inversión de 1.2 millones solo en paisajismo y diseño botánico para crear un ambiente de ensueño que evoque las letras románticas de sus canciones.
El anuncio, filtrado inicialmente por Page Six y corroborado por US Sun, llega en medio de especulaciones que apuntaban a destinos exóticos como Italia o Grecia. Sin embargo, la pareja optó por la intimidad de la costa este de Estados Unidos para personalizar cada detalle y evitar el frenesí mediático. “Quiere que toda la celebración se sienta como una ola floral”, reveló el confidente anónimo a US Sun, describiendo cómo Swift ha reclutado a un equipo de diseñadores botánicos de renombre para remodelar los jardines de la mansión. El corazón del evento será un nuevo jardín central, un “mar de flores” con rosas rojas eternas, hortensias blancas, orquídeas púrpuras y peonías rosadas, extendiéndose por carpas, pasillos y zonas de recepción en una paleta de tonos románticos: blancos, rosas, púrpuras y rojizos intensos.

Taylor Swift, de 35 años, y Travis Kelce, de 36, han mantenido un bajo perfil desde que su romance se hizo público en 2023, pero fuentes cercanas aseguran que planean formar una familia pronto después de la boda, programada tentativamente para el verano de 2026. La transformación de la mansión incluye no solo el diseño floral, sino también refuerzos de seguridad para blindar el evento de paparazzis y drones. “Taylor sueña con estar completamente rodeada de flores, con arbustos frondosos por todas partes”, agregó el amigo, destacando cómo las rosas rojas eternas serán un obsequio simbólico para las invitadas especiales, como sus damas de honor Selena Gomez y Gigi Hadid, representando la “durabilidad de los vínculos” en su vida.
La boda promete ser una mezcla de intimidad y espectáculo: una ceremonia privada para un círculo cercano de 100 invitados, seguida de fiestas pre-boda con viajes grupales y escapadas relajadas. “Quiere que sea divertido y memorable para todos, con fiestas, viajes y tiempo juntas antes del gran día”, confió la fuente, enfatizando el toque femenino y juguetón que Swift imprime a los preparativos. La elección de Rhode Island no es casual; la mansión de Watch Hill, una mansión gótica renacentista con vistas al Atlántico, ha sido testigo de momentos clave en la vida de la cantante, incluyendo vacaciones familiares y sesiones creativas para sus álbumes.


El mundo del entretenimiento ya bulle de expectación. Amigos de la pareja, como la supermodelo Karlie Kloss y el actor Miles Teller, han sido sutilmente invitados, mientras que del lado de Kelce se esperan presencias de la NFL como Patrick Mahomes y su esposa Brittany. Aunque ni Swift ni Kelce han comentado oficialmente –siguiendo su estilo discreto–, el rumor ha disparado las búsquedas en redes sociales, con #SwiftKelceWedding trending globalmente y fans recreando “jardines florales” inspirados en el tema.
Este enlace no solo une a dos titanes de la música y el deporte, sino que podría romper récords de audiencia si se transmite de alguna forma. Con obras en marcha y flores llegando en contenedores desde Holanda, la mansión de Watch Hill se prepara para ser el telón de fondo de un cuento de hadas moderno. ¿Será esta la “ola floral” que inspire el próximo hit de Swift? Solo el próximo verano lo dirá, pero por ahora, el romance de Taylor y Travis florece más que nunca.








