El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha lanzado su calendario para el año 2026, un producto que se ha convertido en una pieza clave de la propaganda oficial. A un precio de alrededor de 3,50 dólares, el calendario reproduce una imagen distinta del mandatario para cada mes, acompañada de citas de sus discursos. La secuencia fotográfica lo presenta en roles variados —deportista, creyente, aficionado a los animales y guía de vida cotidiana— con el objetivo de proyectar una figura pública estable y omnipresente, según analistas del Brookings Institution.

La estrategia del calendario, que omite toda referencia a la invasión de Ucrania iniciada en 2022, busca reforzar la narrativa oficial que presenta el conflicto como un asunto distante, ajeno a la rutina diaria del país. Algunas frases incluidas en el calendario sí replican la retórica del Kremlin, como “Las fronteras de Rusia nunca terminan” o “Soy una paloma, pero tengo alas de hierro muy poderosas”. A diferencia de ediciones anteriores, el calendario de 2026 evita las imágenes de alto riesgo, optando por una estética que prioriza la normalidad y la continuidad política, reforzando la permanencia de Putin en el poder, quien podría extender su mandato hasta 2036.









