En la alta competición de la Fórmula 1, las decisiones de los ingenieros de pista resultan tan cruciales como la habilidad de los pilotos. Hannah Schmitz, jefa de estrategias de Red Bull, se ha consolidado como el cerebro detrás de varios éxitos de Max Verstappen, quien actualmente lucha por su quinto título mundial. Schmitz, que ingresó a la escudería como pasante, se ha ganado un rol preponderante gracias a su capacidad para tomar decisiones rápidas y acertadas bajo presión. Ella tiene la responsabilidad de determinar el momento preciso para ingresar a boxes y elegir los compuestos de neumáticos adecuados.

La trascendencia de su figura se hizo global en 2019, durante el Gran Premio de Brasil, cuando su cálculo de tiempos permitió a Verstappen ganar, una hazaña por la que fue la encargada de subir al podio a recibir el trofeo de constructores. Schmitz y su equipo procesan miles de simulaciones en tiempo real para anticipar escenarios, aunque la imprevisibilidad de la carrera obliga a una constante adaptación. Su templanza y calma han sido elogiadas incluso por el asesor de Red Bull, Helmut Marko, y por el propio Verstappen. A pesar de haber sido blanco de ataques en redes sociales por decisiones controvertidas, su figura inspira a más mujeres a incursionar en el mundo del automovilismo.









