El hallazgo de un sarcófago de piedra caliza intacto, sellado durante 1.700 años, ha marcado un momento excepcional para la arqueología en Óbuda, al norte de Budapest, Hungría. Durante una excavación en el antiguo asentamiento romano de Aquincum, los investigadores descubrieron la pieza con sus abrazaderas de metal y plomo originales, lo que indicaba que nunca había sido saqueada. Al levantar la tapa, el equipo confirmó la singularidad del hallazgo: el esqueleto completo de una joven, rodeado de un ajuar funerario sorprendente.
Los objetos recuperados sugieren que la difunta pertenecía a una familia acomodada. Entre los elementos que acompañaban su tránsito se encontraron fragmentos de tejidos con hilos de oro, una pieza de ámbar, alrededor de 140 monedas, dos frascos de vidrio en perfecto estado, una horquilla de hueso y pequeñas figuras de bronce. La integridad del sepulcro y la calidad de los objetos son interpretadas por los especialistas como una muestra de la dedicación con la que fue preparada la sepultura hace casi dos milenios. Los restos óseos han sido derivados a antropólogos para determinar con precisión la edad y los orígenes de la mujer, mientras el trabajo en el yacimiento continúa.








