La muerte de Gerson do Melo Machado, de 19 años, ha generado conmoción en Brasil tras ingresar a la jaula de una leona en un zoológico de la ciudad de João Pessoa, donde fue atacado y murió al instante. El joven escaló un muro de seguridad de más de seis metros y descendió al recinto del animal utilizando un árbol, según informaron las autoridades locales. El caso fue catalogado preliminarmente como un posible “acto suicida” por parte de los investigadores, dada la naturaleza deliberada de su ingreso a la zona restringida. Machado había sido diagnosticado con esquizofrenia desde la infancia y había sido declarado inimputable por una resolución judicial previa, la cual advertía que su tratamiento ambulatorio no era suficiente para garantizar su seguridad. Este diagnóstico y su historial personal complejo, marcado por una falta de contención familiar y dieciséis detenciones por delitos menores, son parte central de la investigación sobre los motivos que lo llevaron a invadir el recinto del animal salvaje.
La vida de Gerson Machado estuvo signada por la adversidad y una profunda fascinación por los leones y el continente de África. El joven, que no fue adoptado como sus hermanos y cuya custodia fue gestionada por una consejera de protección infantil, había intentado previamente viajar a África de forma clandestina en el tren de aterrizaje de un avión, impulsado por su deseo de cuidar felinos y convertirse en domador de leones. Su anhelo por los animales salvajes y el safari era una constante desde su niñez, según los testimonios de quienes lo acompañaron. Mientras tanto, el zoológico ha enfocado su atención en el bienestar de la leona, la cual sufrió un ataque de estrés tras la irrupción inesperada en su jaula. Los especialistas del parque aseguraron que el animal “actuó en total naturaleza” y en defensa de su territorio, descartando la posibilidad de sacrificarla. El equipo veterinario logró contener a la felina sin usar sedantes y la mantiene en monitoreo estricto para que retome su rutina habitual.









