La líder opositora venezolana María Corina Machado, quien ha estado en la clandestinidad durante meses, llegó a Oslo, Noruega, para recibir el Premio Nobel de la Paz. En una entrevista con la BBC, afirmó que sabe “exactamente los riesgos” que asumió al viajar, a pesar de que el gobierno de Nicolás Maduro le había prohibido salir del país y amenazó con considerarla prófuga.
Machado apareció en público por primera vez desde enero, saludando a sus seguidores en la capital noruega desde el balcón del Grand Hotel. En un momento emotivo, incluso saltó una barrera de seguridad para saludar a la gente en persona.
Reunión Familiar y Separación
El viaje a Oslo también significó un reencuentro familiar crucial. Machado, quien había enviado a sus hijos fuera de Venezuela por seguridad, no los había visto en unos dos años.
“Durante más de 16 meses no he podido abrazar ni tocar a nadie”, dijo a la BBC. “De repente, en cuestión de horas, he podido ver a las personas que más amo, tocarlas, llorar y rezar juntos”.
Su hija, Ana Corina Sosa, aceptó previamente el Premio Nobel de la Paz en su nombre, un galardón otorgado por “su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia” en Venezuela.
Denuncia Internacional y Soberanía
Machado, considerada una de las voces más respetadas de la oposición, reiteró su denuncia contra el gobierno de Maduro: “Debemos abordar este régimen no como una dictadura convencional, sino como una estructura criminal”.
Acusó al gobierno de financiarse mediante actividades criminales como el narcotráfico y la trata de personas, y pidió a la comunidad internacional ayudar a Venezuela a “cortar esos flujos” de recursos ilícitos, aunque Maduro niega vehementemente cualquier vínculo con cárteles.
Al ser preguntada sobre si apoyaría un ataque militar estadounidense, Machado evadió la respuesta directa, pero acusó a Maduro de “entregar nuestra soberanía a organizaciones criminales” y concluyó: “No queríamos una guerra… fue Maduro quien declaró la guerra al pueblo venezolano”.
El Viaje Clandestino y el Regreso
El viaje de Machado fue mantenido en secreto debido a las amenazas de arresto del fiscal general de Venezuela. Según reportes de The Wall Street Journal, el plan de dos meses involucró una red de apoyo, y Machado se disfrazó, logrando pasar 10 puestos militares sin ser detectada y zarpando en una pequeña embarcación de madera.
El presidente del Comité del Nobel noruego, Jorgen Watne Frydnes, describió su llegada como una situación de “extremo peligro”.
Al ser consultada sobre su regreso, Machado fue enfática:
“Por supuesto que voy a regresar… Voy a estar en el lugar donde sea más útil para nuestra causa”.
La reaparición de Machado coincide con el aumento de las tensiones entre EE. UU. y Venezuela, ejemplificado por la reciente incautación de un buque petrolero sancionado, un hecho que el gobierno venezolano denunció como robo y piratería.








