El petrolero Skipper, incautado por fuerzas estadounidenses frente a las costas de Venezuela, será conducido a un puerto de Estados Unidos, donde el cargamento de crudo será confiscado bajo un proceso legal específico, confirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca. La incautación se efectuó el miércoles en el Caribe por comandos estadounidenses en una operación conjunta del Departamento de Justicia, el Departamento de Defensa y la Guardia Costera. El buque, descrito por la funcionaria como un “buque fantasma”, estaba previamente sancionado por transportar petróleo iraní al mercado negro. La Casa Blanca afirmó que estas acciones buscan frenar el tráfico ilegal de crudo y drogas en la región, y ejercer presión contra el régimen de Nicolás Maduro.
Según documentos internos de la empresa Petróleos de Venezuela S.A., el Skipper zarpó de Venezuela en diciembre con aproximadamente dos millones de barriles de crudo pesado. Elementos fuertemente armados abordaron la nave desde helicópteros y lanchas rápidas tras una orden judicial, un hecho calificado por analistas como extraordinario para embarcaciones mercantes en alta mar. El régimen venezolano condenó el acto, tildándolo de “robo descarado” y “piratería”, y argumentando que la agresión apunta a los recursos naturales del país. Estados Unidos mantiene sanciones petroleras contra Venezuela desde 2020 y ha intensificado su campaña en el hemisferio occidental.








