En una reciente declaración que ha generado debate en círculos diplomáticos y económicos, el expresidente Rafael Correa se pronunció sobre la compleja relación entre Estados Unidos y China, advirtiendo que las actuales fricciones comerciales y logísticas, sobre todo con lo que actualmente ocurre entre Trump y Maduro, podrían escalar hasta convertirse en una crisis sin precedentes.
El petróleo como eje de la disputa
Correa centró su análisis en la dependencia energética y el transporte de hidrocarburos, señalando que gran parte del crudo global —incluido el que sale de Venezuela— tiene como destino final el gigante asiático.
“Mucho de ese petróleo va a China en tanqueros de ese país. Si China responde, los abusos de Trump ocasionarán un conflicto mundial”, sentenció el exmandatario.
Con estas palabras, Correa apunta a la vulnerabilidad de las cadenas de suministro y al riesgo de que las políticas proteccionistas o las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump provoquen una reacción en cadena por parte de Pekín.
Los puntos críticos del análisis
El análisis de Correa sugiere tres escenarios de riesgo para la seguridad internacional:
- La logística naval: El uso de tanqueros propios por parte de China busca asegurar su soberanía energética, pero los convierte en puntos de fricción directa en rutas marítimas vigiladas por EE. UU.
- La escalada de represalias: Según el exmandatario, lo que Washington considera medidas de presión comercial son calificadas como “abusos” que obligarían a China a una respuesta que no se limitaría al ámbito económico.
- El impacto en países exportadores: Para naciones como Ecuador, cuya deuda y exportaciones petroleras han estado históricamente ligadas a China, cualquier interrupción en este flujo representaría un colapso financiero inmediato.
Reacciones y contexto
La advertencia de Correa coincide con informes recientes sobre el aumento de la vigilancia de la OTAN en puntos estratégicos (como el reciente seguimiento al submarino ruso Krasnodar) y la postura de línea dura que el Gobierno estadounidense ha mantenido en su segundo mandato respecto al déficit comercial con Asia. También responde a las duras medidas y bloqueos impuestos por Donald Trump a Venezuela en medio de una escalada en las tensiones entre ambas naciones, por la necesidad que existe de que Nicolás Maduro salga del poder y las amenazas de Trump al mandatario.
Mientras los mercados internacionales observan con cautela la fluctuación de los precios del crudo, las palabras del expresidente ecuatoriano resuenan como una alerta sobre la fragilidad de la paz mundial frente a la confrontación de las “superpotencias”.








