Ha transcurrido un año desde que salieron a la luz los conflictos legales y personales entre los actores Blake Lively y Justin Baldoni, surgidos durante la producción de la película It Ends with Us. Lo que comenzó como una colaboración profesional se transformó en una disputa pública marcada por diferencias creativas y acusaciones de un ambiente de trabajo tenso. Según reportes recientes, ambos artistas han optado por seguir caminos separados, evitando cualquier contacto directo y centrando sus esfuerzos en proyectos individuales. Aunque inicialmente se especuló sobre demandas formales, el caso se ha mantenido principalmente en el ámbito de las negociaciones internas y la gestión de imagen pública ante los medios de comunicación.

La controversia impactó significativamente en la promoción del filme, donde la evidente falta de interacción entre los protagonistas generó teorías sobre el futuro de la franquicia. Actualmente, el estado legal se describe como una tregua silenciosa, donde las partes han priorizado la resolución de sus acuerdos contractuales fuera de los tribunales para evitar un mayor desgaste mediático. Expertos de la industria señalan que este distanciamiento ha afectado la posibilidad de una secuela inmediata con el elenco original completo. Mientras Lively continúa enfocada en su carrera como directora y actriz, Baldoni ha reforzado su trabajo en su propia productora, dejando atrás uno de los episodios más comentados de la farándula reciente.









