La justicia ecuatoriana enfrenta uno de sus capítulos más oscuros. Tras la denuncia del juez Carlos Serrano, nuevos detalles revelados por el periodista Anderson Boscán exponen una estructura de presión sistemática que opera desde las oficinas administrativas del Consejo de la Judicatura (CJ) para influir en sentencias de narcotráfico y lavado de activos.
El ascenso de Yezdimir Srdán: De 153 kilos a 10 toneladas
La historia de Srdán es el reflejo de la impunidad. En 2014, el ciudadano serbio fue sentenciado a 17 años de prisión tras ser capturado con 153 kg de cocaína. Sin embargo, gracias a una cuestionada decisión del juez Jorge Alexander Martínez Olivaro, recuperó su libertad tras cumplir apenas 4 años y 3 meses, bajo el argumento de una ley más benigna.
Lejos de rehabilitarse, Srdán escaló sus operaciones. Según lo explicado por Boscán, tras salir de prisión:
- Capacidad operativa: Pasó de manejar cargamentos medianos a liderar envíos de hasta 10 toneladas de cocaína.
- Poder financiero: Logró introducir cerca de 11 millones de dólares en el sistema bancario ecuatoriano.
- Estrategia legal: Su defensa buscaba separar el dinero del narcotráfico de sus supuestos “negocios legítimos” para salvar sus activos del decomiso estatal.
📱 El “Modus Operandi” de la presión: Henry Gaibor y el mensaje de “arriba”
Con respecto a los audios, que fueron entregados a Boscán por alguien “que cree en él” (en un momento crítico del periodista por haber sido sacado de Café La Posta), el nombre clave en esta trama es Henry Gaibor, director provincial de la Judicatura y hombre de confianza del presidente Mario Godoy. Gaibor es señalado como el ejecutor de las presiones contra el juez Carlos Serrano mediante métodos calculados para evitar dejar huellas legales directas. Andersson Boscán reveló en los audios los siguientes puntos a destacar:
- Reuniones fuera de canal: Gaibor insistió reiteradamente en citas privadas en su despacho para discutir el caso del “extranjero”.
- La directriz ambigua: Durante llamadas grabadas, no ordenó la absolución, pero instó al juez a “prestar más atención a la defensa” de Srdán.
- El “Mensajero”: Gaibor aclaró que él solo estaba “pasando un mensaje” de las altas esferas, sugiriendo que la orden venía directamente de la presidencia del Consejo de la Judicatura.
- Uso de intermediarios: Ante la negativa de Serrano, Gaibor presionó a Sofía Carrillo (jefa administrativa de la Unidad Anticorrupción), quien confesó sentir miedo ante la insistencia del funcionario.
⚖️ El miedo como herramienta de control
Los audios revelados por Boscán destacan una realidad alarmante: los jueces en Ecuador temen más a la Judicatura que a la ley misma. El organismo, que debería ser puramente administrativo, se ha convertido en el “verdadero poder de la justicia” con capacidad para:
- Sancionar o multar a magistrados que no se alinean.
- Destituir o trasladar jueces de forma arbitraria.
- Influir en procesos penales en colusión con otras entidades.
Boscán recordó que este no es un hecho aislado: la jueza Nubia Vera ya denunció previamente a Mario Godoy por entregarle un “pendrive” con una sentencia preescrita en un caso político, demostrando un patrón de injerencia.
Sentencia bajo amenaza
A pesar del asedio y el evidente riesgo, el tribunal conformado por los jueces Serrano y Fierro condenó a Yezdimir Srdán el pasado 20 de noviembre. No obstante, la actuación de la jueza Gabriela Lara, integrante del mismo tribunal, ha sido puesta bajo la lupa por su postura ambivalente durante el proceso.
Tras conocerse la condena, Srdán realizó un gesto de amenaza de muerte a los magistrados. La respuesta del Consejo de la Judicatura, lejos de proteger a sus jueces, fue retirar la seguridad personal al juez Serrano, dejándolo a merced de una estructura criminal que, según las denuncias, tiene oídos y voz dentro del mismo órgano que debería vigilar la transparencia de la justicia.
Boscán cerró el directo con cerca de 30000 personas en audiencia, remarcando la fiabilidad y la confianza que tiene con el público ecuatoriano.
