En una operación conjunta denominada “Operación Mercurius”, las autoridades de Chile lograron incautar aproximadamente 700 kilos de cocaína de alta pureza ocultos bajo un novedoso método de contrabando. La droga se encontraba impregnada en casi 20 toneladas de planchas de madera que procedían de Bolivia y tenían como destino final el puerto de Barcelona, en España. El decomiso tuvo lugar en el puerto de Arica, al norte del país, donde el trabajo de perros adiestrados y la inteligencia portuaria permitieron detectar inconsistencias en la documentación y patrones sospechosos en la carga, a pesar de que las pruebas químicas preliminares no habían arrojado resultados concluyentes inicialmente.

El fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera Guerrero, destacó que este método es particularmente difícil de detectar debido a que la droga no estaba en piezas grandes, sino en planchas pequeñas, y no todas las unidades contenían la sustancia. Según las investigaciones, el valor del cargamento se incrementaba drásticamente en el mercado europeo, pasando de 1.500 dólares en origen a más de 20.000 dólares por unidad al llegar a España. Las autoridades chilenas, que incluyen a la Policía de Investigaciones (PDI) y la Armada, advirtieron que el volumen decomisado podría aumentar conforme avance la revisión detallada de los nueve pallets que conforman la carga total de madera.








