En su histórica primera misa de Navidad celebrada en la Basílica de San Pedro, el papa León XIV lanzó un enérgico llamado a la paz mundial, condenando las guerras que, según sus palabras, dejan “escombros y heridas abiertas”. Durante su homilía, el pontífice de origen estadounidense dedicó un espacio significativo a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, visibilizando el sufrimiento de los desplazados expuestos al frío y la precariedad de las tiendas de campaña. “Frágil es la carne de las poblaciones indefensas”, expresó ante una multitud de fieles, subrayando que la verdadera paz solo nace cuando el dolor ajeno logra atravesar el corazón y las certezas de quienes detentan el poder.
En su posterior bendición Urbi et Orbi, el papa León XIV se dirigió específicamente a los líderes de Rusia y Ucrania, exhortándolos a encontrar el valor para un diálogo respetuoso y directo que ponga fin a casi cuatro años de conflicto armado. Asimismo, el pontífice lamentó la insensatez de obligar a los jóvenes a tomar las armas bajo “discursos rimbombantes” que solo conducen a la muerte. Con un mensaje centrado en la solidaridad y la escucha, la máxima autoridad de la Iglesia Católica instó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para detener el estruendo de las armas y acoger los sueños de paz de los pueblos más atribulados de cada continente.









