El fin de año suele asociarse con celebraciones, pero para muchas personas este periodo desencadena sentimientos de melancolía y tristeza profunda. Especialistas en salud mental explican que este fenómeno, a menudo vinculado al trastorno afectivo estacional, se debe al balance reflexivo que los individuos realizan sobre sus metas no alcanzadas y las pérdidas sufridas durante los últimos meses. La presión social por mostrarse feliz y el contraste con la realidad personal pueden intensificar la sensación de soledad, generando un fenómeno psicológico que los expertos analizan para ofrecer herramientas de apoyo emocional en estas fechas.

De acuerdo con los reportes de Infobae, los psicólogos señalan que la falta de luz solar en ciertas regiones y los cambios en las rutinas habituales también influyen en el estado de ánimo. El cierre de un ciclo obliga a enfrentar la incertidumbre del futuro, lo que para muchos se traduce en ansiedad o una sensación de vacío. Para mitigar estos efectos, se recomienda validar las propias emociones sin juzgarlas, establecer expectativas realistas para el nuevo año y buscar conexiones humanas genuinas. Comprender que la tristeza es una respuesta válida permite gestionar mejor el bienestar psicológico durante la transición hacia el inicio del próximo calendario.









