El 1 de enero de 2026 marcará el inicio de una ley en el estado de Nevada que ha encendido las alarmas entre expertos en seguros y propietarios de viviendas. Esta normativa permitirá a las compañías aseguradoras modificar sus pólizas para excluir de manera estándar ciertos desastres naturales, específicamente los daños causados por incendios forestales. La medida forma parte de un periodo de prueba de cuatro años que busca estabilizar el mercado, pero que, según especialistas, podría dejar a miles de dueños de casas en una situación de vulnerabilidad económica sin precedentes.
Expertos de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios han advertido que este cambio estructural podría pasar desapercibido para muchos consumidores. La preocupación radica en que la protección contra incendios, históricamente incluida en los paquetes básicos, se convierta ahora en un servicio adicional con costos significativamente más altos o, en el peor de los casos, que desaparezca por completo del mercado privado. Esto obligaría a los residentes de zonas de alto riesgo, como Lake Tahoe y la cordillera de Sierra Nevada, a enfrentar posibles pérdidas financieras severas por cuenta propia.
La implementación de esta ley surge tras un año 2025 marcado por devastadores incendios en áreas como Los Ángeles, donde las cancelaciones de pólizas aumentaron un 82%. Mientras que el comisionado de seguros de Nevada, Ned Gaines, defiende que la ley evitará que las empresas abandonen el estado, los detractores insisten en que el costo final lo pagará el ciudadano. Ante este escenario, la recomendación principal para los propietarios es revisar exhaustivamente la letra pequeña de sus contratos antes de la entrada en vigor de la normativa para evitar sorpresas en su cobertura.








