El imperio de Sean “Diddy” Combs, ya tambaleante por su reciente condena, enfrenta ahora una batalla legal en los tribunales de la opinión pública: sus abogados han exigido a Netflix que suspenda el estreno del documental Sean Combs: The Reckoning, programado para este martes 3 de diciembre. La producción, dirigida por Alexandra Stapleton y producida por el archirrival del rapero, Curtis “50 Cent” Jackson, se centra en la vida turbulenta de Combs y las graves acusaciones de abuso sexual, tráfico de personas y fiestas “freak-off” que lo llevaron tras las rejas. El detonante: el uso de imágenes “robadas” de un proyecto personal de Diddy, según su equipo.
La carta de cese y desista, enviada el lunes por los representantes legales de Combs –actualmente recluido en una prisión federal de Brooklyn cumpliendo una sentencia de 50 meses por dos cargos de transporte con fines de prostitución–, califica el documental como un “vergonzoso artículo de propaganda” diseñado para humillar al fundador de Bad Boy Records. “Como sin duda saben, el Sr. Combs no ha dudado en emprender acciones legales contra los medios de comunicación y otros que violan sus derechos, y no dudará en hacerlo contra Netflix”, advierten en el documento, amenazando con una demanda similar a la de 100 millones de dólares que interpuso contra NBCUniversal por el documental Diddy: The Making of a Bad Boy en Peacock.
El conflicto estalló con el tráiler oficial lanzado ayer por Netflix, que incluye footage inédito de Combs filmándose a sí mismo en sus últimos días de libertad, apenas seis días antes de su arresto en septiembre de 2024. Según Juda Engelmayer, portavoz de Diddy, estas imágenes forman parte de un vasto archivo personal que el rapero ha acumulado desde sus 19 años, destinado a un futuro documental autobiográfico. “Combs filmaba sus actividades y carrera para un proyecto propio. Ni Netflix ni el Sr. Jackson tuvieron la amabilidad de ofrecernos una proyección previa; la veremos esta noche”, declaró Engelmayer a CNN, enfatizando que el material “nunca fue autorizado para su publicación” y que su uso es un acto de “robo descarado”.

Por su parte, Netflix y la directora Stapleton defienden la integridad del proyecto. “Nos llegó, obtuvimos el material legalmente y tenemos los derechos necesarios”, aseguró la cineasta en un comunicado, revelando que el equipo contactó repetidamente al entorno de Combs para una entrevista y comentarios, pero no recibieron respuesta. Stapleton, conocida por documentales sobre figuras controvertidas, destacó la “obsesión de décadas” de Diddy por documentar su vida: “Es un archivo que él mismo creó, y nuestro documental lo explora con respeto a los hechos, no como venganza”. Fuentes cercanas a la producción insinúan que 50 Cent, quien ha convertido la caída de Diddy en un filón para su productora G-Unit Film & Television, vio en este filme una oportunidad para “exponer la verdad” tras años de beefs públicos, incluyendo acusaciones mutuas de violencia en los 2000.
El contexto judicial de Combs agrava la tensión. El rapero de 55 años, pionero del hip-hop de la Costa Este y mentor de leyendas como The Notorious B.I.G. y Mary J. Blige, fue declarado culpable en julio de 2025 tras un juicio de dos meses en el Distrito Sur de Nueva York. Aunque fue absuelto de cargos mayores como tráfico sexual y conspiración para crimen organizado –que lo habrían enviado a cadena perpetua–, la fiscalía lo pintó como el orquestador de “freak-offs”: orgías prolongadas donde supuestamente drogaba a exnovias como Cassie Ventura y las obligaba a encuentros con prostitutos masculinos, involucrando éxtasis, ketamina y sesiones de hasta tres días. “Forzaba a sus parejas a participar en actos degradantes para su placer”, argumentó la fiscalía, respaldada por testimonios de Ventura y otras víctimas.
Combs, quien negó todas las acusaciones y alegó que eran “extorsiones de una ex celosa”, enfrenta además demandas civiles pendientes por abuso sexual de al menos 10 mujeres, incluyendo a una menor. Su sentencia de 50 meses –equivalente a poco más de cuatro años– incluye libertad condicional estricta y multas, pero su legado como magnate (con un patrimonio estimado en 800 millones de dólares antes del escándalo) pende de un hilo: Bad Boy Records ha perdido endorsos, y sus propiedades, como el yate en el que se rodó parte del tráiler, fueron allanadas en redadas del FBI.

El estreno de The Reckoning –que promete entrevistas exclusivas con víctimas, excolaboradores y analistas– podría ser el golpe final a la imagen de Diddy como “el jefe del hip-hop”. Mientras Netflix se mantiene firme (“El público merece la verdad completa”, reiteró un ejecutivo), el equipo de Combs prepara su contraataque. ¿Se pospondrá el lanzamiento? ¿Llegará la demanda? En un Hollywood donde los documentales true crime son oro, esta batalla por el control narrativo podría redefinir el fin de una era. Por ahora, el mundo espera el martes con el aliento contenido: ¿quién ganará la última palabra en la saga de Diddy?








