Con la ropa sucia y sin poder mover las piernas, Luis Humberto Espinoza Pérez, un adulto mayor, sobrevive en las calles de Guayaquil, pidiendo a gritos ayuda. Según relató, fue atropellado en 2019, un accidente que le dejó una fractura de cadera que, con el tiempo, le ha impedido caminar. Espinoza asegura que su propia familia lo abandonó y que ahora su única ayuda es la caridad de los vecinos del sector. Los moradores han intentado conseguirle ayuda, pero denuncian que los entes gubernamentales, como el ECU-911, se han negado a transportarlo, argumentando que no presenta heridas abiertas.

Con la ropa sucia y sin poder mover las piernas, Luis Humberto Espinoza Pérez, un adulto mayor, sobrevive en las calles de Guayaquil, pidiendo a gritos ayuda. Según relató, fue atropellado en 2019, un accidente que le dejó una fractura de cadera que, con el tiempo, le ha impedido caminar. Espinoza asegura que su propia familia lo abandonó y que ahora su única ayuda es la caridad de los vecinos del sector. Los moradores han intentado conseguirle ayuda, pero denuncian que los entes gubernamentales, como el ECU-911, se han negado a transportarlo, argumentando que no presenta heridas abiertas.