La noticia saltó con fuerza en los medios y redes sociales del país: Andreína Lamota, de 32 años, confesó haber asesinado a su madre, Martha Cecilia Solís Cruz, y las circunstancias del crimen —desmembramiento, ocultamiento del cuerpo y mutilación— han desatado especulaciones acerca de si podría tratarse de una asesina en serie.
El crimen contra su madre: impactante y sangriento
El 16 de octubre de 2025, agentes de la Policía Nacional ingresaron al departamento ubicado en Sauces 9 en el norte de Guayaquil, tras una denuncia por desaparición. Allí encontraron el cuerpo sin vida de Martha Cecilia Solís Cruz dentro de una lavadora, desmembrado, con múltiples armas blancas en el lugar y restos anatómicos dispersos.
Durante los allanamientos también se hallaron indicios perturbadores: ocho cuchillos, una balanza digital, una computadora portátil y un teléfono móvil, entre otros objetos que apuntan a una planificación meticulosa del crimen.
Lamota fue puesta en prisión preventiva como principal sospechosa y actualmente enfrenta cargos por homicidio calificado.
¿Asesinato y más allá? Las sospechas de crímenes adicionales
Lo que comenzó como un caso de matricidio (asesinato de la madre) ha escalado hacia relatos que involucran a dos posibles víctimas más. Investigaciones detallan que podría haber matado también a su mejor amiga e intentar asesinar a su antiguo jefe.
- Jennifer Juliana Banguera Cornejo, mejor amiga de Andreína, fue reportada como desaparecida el 8 de enero de 2022. Según los familiares, esa noche se quedó en la vivienda de Lamota, pero nunca regresó a su casa. Al hallar el cuerpo de Martha Cecilia, se descubrió una tarjeta con datos de Jennifer en el lugar del crimen, lo que reaviva dudas sobre su paradero.
- También se divulga una denuncia previa donde Gerardo Vargas, excolaborador de Andreína, acusó un intento de homicidio luego de ingerir un jugo preparado por ella que le causó malestar intenso. Gracias a que él activó su ubicación en el celular, logró que lo rescaten.
Además, se reveló que en su teléfono móvil se encontraron videos e imágenes de asesinos seriales famosos —Jeffrey Dahmer, Ted Bundy— y material relacionado con delitos macabros, lo que alimenta la hipótesis de que no actuó solo en el caso de su madre.
Mecanismos para despistar: disfraces y manipulación con IA
Una de las revelaciones más inquietantes es que, tras cometer el crimen, Lamota se habría vestido como su propia madre para intentar despistar a investigadores. También se barajan versiones de que usó tecnología de inteligencia artificial para recrear su voz o aportar videos falsos atribuidos a la víctima.
Además, se reportó que alquiló una habitación tipo Airbnb justo el día posterior al crimen, pese a que ya vivía en esa zona. Esa actividad digital dejó huellas en cámaras de seguridad y sistemas de vigilancia, lo que facilitó el avance de la investigación.
Perfil, posibles motivaciones y el inicio de la verdad
Los investigadores apuntan a posibles deudas económicas, resentimientos personales y una personalidad perturbada con tendencias obsesivas como desencadenantes del crimen. Algunos medios sostienen que Martha Cecilia se negó a prestarle US$ 6.000, lo que habría sido un detonante de la violencia.
Andreína ya tenía denuncias anteriores:
- En 2022, la desaparición de Jennifer Banguera fue registrada con irregularidades, pues la madre salvó la acusación sin el conocimiento claro del protocolo de desaparecidos.
- También consta una demanda por intento de asesinato contra Gerardo Vargas, por el episodio del jugo sospechoso.
El fiscal encargado ha solicitado la extracción de datos de su computadora portátil para comprobar comunicaciones, búsquedas en internet y posibles conexiones con otros hechos violentos.
¿Asesina en serie o homicida aislada?
Aunque al momento Andreína Lamota es procesada por el homicidio de su madre, las contradicciones, los indicios de otros casos y su historial digital apuntan más allá de un solo crimen. Las autoridades deberán desentrañar si se trata de un homicidio extremo o del perfil incipiente de una asesina serial.
El país observa con horror y expectación cómo se desarrolla el proceso judicial. Si se corroboran los vínculos con otros crímenes y los patrones de comportamiento obsesivo, este caso podría convertirse en uno de los más impactantes en el registro criminal ecuatoriano.








