La Pastoral de la Vida de la Arquidiócesis de Guayaquil emitió un comunicado público en el que “repudia” el “Protocolo de acompañamiento de niñas, niños y adolescentes para el reconocimiento de la identidad de género en la comunidad educativa”, emitido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
El protocolo, en vigencia desde el 27 de octubre, surgió en acatamiento de una sentencia de la Corte Constitucional de noviembre de 2024, relacionada con la discriminación de una menor en Santa Elena por su identidad de género. Entre sus disposiciones, la normativa establece que los centros educativos deben:
- Garantizar el uso del “nombre social” de los estudiantes.
- Promover los baños como un espacio “seguro y respetuoso ‘para todos'”.
- Promover el uso del uniforme escolar de manera homogénea.
Críticas de la Pastoral y Acusación de “Activismo”
En su comunicado, la Pastoral indicó que la normativa “atenta contra la familia, núcleo fundamental de la sociedad”, al supuestamente trastocar el derecho de los padres a ofrecer a sus hijos una “educación libre de ideologías y adoctrinamiento”.
La entidad religiosa calificó a la Corte Constitucional como “activista” y denunció que esta “somete a entidades públicas a que tergiversen y desvirtúen los valores familiares”. Además, señaló que el protocolo conlleva “terribles amenazas” en el ámbito educativo, como:
- Censurar la voz de los padres sobre la aceptación o rechazo de la normativa.
- Imponer sanciones a alumnos que no utilicen el lenguaje “tergiversado”.
- “Poner trampas” y prestarse para el “adoctrinamiento” en las campañas de sensibilización.
La Pastoral exigió al Ministerio de Educación que deje sin efecto este protocolo y redacte uno nuevo que incluya la opinión de los padres de familia. También pidió al presidente Daniel Noboa que haga respetar el compromiso con la vida que firmó en campaña.
El Ministerio, por su parte, ha defendido que elaboró el reglamento acatando la sentencia de la Corte Constitucional y que se desarrolló “con enfoque técnico, pedagógico y humanista, sin promover ideologías de género ni agendas doctrinarias”.
