Un contingente de más de 5.000 efectivos de las Fuerzas Armadas llegó este viernes a Quito para fortalecer los operativos de seguridad en la capital ecuatoriana y en las provincias de la Sierra Norte. La medida busca anticiparse a posibles hechos de violencia en el marco de las anunciadas movilizaciones de grupos sociales y organizaciones indígenas que han advertido una “radicalización” de las protestas.
El Gobierno informó que la presencia militar responde a un análisis de inteligencia que identifica “niveles de alto riesgo y conflictividad” en zonas como Imbabura, Pichincha y Cotopaxi. Las tropas apoyarán el control de vías estratégicas, instituciones públicas y puntos de alta afluencia, en coordinación con la Policía Nacional.
“Estamos actuando de forma preventiva para resguardar la seguridad de los ciudadanos y proteger los derechos de quienes desean trabajar y movilizarse con normalidad”, indicó una fuente del Ministerio de Defensa. Mientras tanto, en varias comunidades del país se han registrado concentraciones y cierres intermitentes de carreteras.
Quito se encuentra bajo un ambiente de tensión. Comerciantes, transportistas y residentes del centro de la ciudad han expresado su preocupación ante la posibilidad de nuevos enfrentamientos. Las autoridades recalcaron que no permitirán actos vandálicos ni bloqueos que afecten el abastecimiento y la movilidad en la capital.