La Asamblea Nacional de Ecuador, instalada el 14 de mayo de 2025, refleja una profunda polarización entre Acción Democrática Nacional (ADN), liderada por el presidente Daniel Noboa, y Revolución Ciudadana (RC), del expresidente Rafael Correa. Con 65 a 68 escaños para ADN y 64 para RC de los 151 disponibles, según el 90% de actas escrutadas, ambas fuerzas dominan el Parlamento, dejando poco espacio a otros partidos como el Partido Social Cristiano (PSC) y Construye. Esta división, consolidada tras las elecciones del 9 de febrero, marca un escenario de confrontación que podría complicar la gobernabilidad, según analistas políticos.
La bancada de ADN, que incluye figuras como Annabella Azín, madre de Noboa, y el exministro Niels Olsen, busca consolidar su liderazgo con la presidencia de la Asamblea, que Olsen asumió tras negociaciones con aliados como el PSC. Por su parte, RC, bajo la coordinación de Viviana Veloz, se inscribió como oposición oficial ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) en abril de 2024, prometiendo una fiscalización rigurosa al gobierno de Noboa. La rivalidad se agudizó tras eventos como el ingreso policial a la Embajada de México en 2024, que RC calificó como un acto autoritario, mientras Noboa defendió la acción como necesaria para capturar al exvicepresidente Jorge Glas.
Las tensiones entre Noboa y Correa, que datan de la campaña de 2006 entre Álvaro Noboa y Correa, se han intensificado en redes sociales y discursos públicos. En diciembre de 2024, un cruce en X vio a Correa llamar a Noboa “chiquitín” y “ridículo”, mientras Noboa respondió burlándose de la pronunciación de Correa y aludiendo a su condena en el caso Sobornos. Estas disputas personales, según la politóloga Arianna Tanca, desvían el debate de temas críticos como la seguridad y la economía, donde Noboa enfrenta desafíos como el conflicto armado interno declarado en 2024 contra bandas criminales.
ADN apuesta por una agenda de inversión pública, crecimiento económico y combate al crimen organizado, con medidas como bases internacionales y reformas económicas. Sin embargo, RC ha bloqueado proyectos clave, como la ley “antipillos” archivada en noviembre de 2024 con 84 votos de oposición, incluyendo los de RC, PSC y Pachakutik, obligando a Noboa a devolver el proyecto para un segundo debate. La falta de una mayoría absoluta (77 votos) obliga a ADN a buscar alianzas con movimientos como RETO, que mostró apoyo tras los comicios, aunque su respaldo no garantiza cohesión legislativa.
El nuevo período legislativo, iniciado con la posesión de Noboa el 24 de mayo de 2025, enfrenta retos inmediatos: aprobar reformas económicas, combatir la delincuencia y abordar la crisis energética. Mientras ADN promete “cuatro años de progreso”, RC insiste en fiscalizar al Ejecutivo, denunciando autoritarismo y falta de ejecución presupuestaria. Con la polarización dominando el Parlamento, el éxito de Noboa dependerá de su capacidad para negociar con sectores fragmentados, mientras Correa, desde el exilio, mantiene su influencia sobre RC, complicando el escenario político ecuatoriano.