Una joven de 24 años fue asesinada a balazos en el noroeste de Guayaquil el 26 de mayo de 2025. La víctima, baleada en la cabeza y muslos, fue llevada al Hospital Universitario y luego trasladada al Hospital Guayaquil, donde falleció debido a la gravedad de sus heridas. Según su madre, la joven estaba pidiendo ayuda con la mano alzada antes de ser trasladada, pero no sobrevivió.
La familia reveló que la joven era consumidora de sustancias controladas, lo que la llevó a vivir en la calle. Este contexto de adicción complica determinar las razones del ataque, ya que se desconocen los motivos de los agresores. El hecho refleja la creciente violencia en Guayaquil, con la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) registrando miles de muertes violentas en los últimos años.
Este asesinato se suma a otros casos recientes en la ciudad, como el de una pareja en el centro de Guayaquil días antes. La Policía continúa investigando, pero la falta de identificación de los responsables y el aumento de crímenes violentos generan preocupación entre los moradores. La tragedia deja a una familia devastada, buscando respuestas en medio de un entorno marcado por la inseguridad.