El 6 de agosto, Luis Romero Murillo, de 37 años, jefe de depósito y rifer de un puerto marítimo, fue asesinado en Los Esteros, sur de Guayaquil. Un sicario en motocicleta lo interceptó en una intersección mientras esperaba el cambio de semáforo y le disparó varias veces, según la Policía. Romero, sin antecedentes penales, había recibido amenazas previas, indicó un familiar.
El cuerpo de la víctima quedó dentro de su vehículo. Agentes de Criminalística acudieron para recolectar evidencias balísticas y avanzar en las investigaciones, en medio de una creciente ola de violencia contra trabajadores portuarios en la ciudad.
Ese mismo día, otros ataques armados sacudieron Guayaquil. En las calles Machala y Augusto González, dos personas fueron baleadas mientras caminaban. En la cooperativa Balerio Estacio, junto a la avenida Casuarina, otra persona en motocicleta fue atacada.
Estos hechos reflejan la alarmante inseguridad en Guayaquil, con el sector portuario como blanco recurrente de la delincuencia organizada, vinculada al narcotráfico y la extorsión, según reportes previos.