En un operativo conjunto realizado por el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), en coordinación con la Policía Nacional, decomisó 14 fusiles y dos pistolas ocultos dentro de parlantes en la Zona de Carga Aérea del Aeropuerto José Joaquín de Olmedo, en Guayaquil. El cargamento, que llegó al país vía courier desde Miami, Estados Unidos, fue detectado gracias a una alerta internacional que permitió a las autoridades realizar una inspección minuciosa. Este hallazgo representa un nuevo golpe al tráfico ilegal de armas, un problema que alimenta la creciente violencia en la provincia de Guayas, una de las más afectadas por el crimen organizado en Ecuador.
El decomiso se produjo en el área de encomiendas del aeropuerto, donde los agentes de Senae identificaron el armamento camuflado dentro de los dispositivos electrónicos. Según un comunicado oficial de Senae, los 14 fusiles y las dos armas de fuego estaban cuidadosamente escondidos para evadir los controles aduaneros, una táctica recurrente en los intentos de introducir armamento ilegal al país. La Policía Nacional asumió la custodia de las evidencias y anunció que continuará con las investigaciones para determinar el origen exacto del cargamento, los destinatarios en Ecuador y posibles conexiones con grupos delictivos. Hasta el momento, no se han reportado detenciones relacionadas con este caso, pero las autoridades han intensificado los operativos en la zona.
Este incidente no es un caso aislado. En noviembre de 2023, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, la Fiscalía y Senae interceptaron en el Puerto Marítimo de Guayaquil un cargamento de al menos 60 fusiles y pistolas de nueve milímetros provenientes de Estados Unidos, destinados presuntamente a grupos de delincuencia organizada en Esmeraldas y otras regiones del país. Asimismo, en 2021, partes de fusiles fueron halladas camufladas entre ropa y zapatos en el aeropuerto de Quito, evidenciando la recurrencia de estas estrategias para el contrabando de armas. Estos antecedentes subrayan la sofisticación de las redes criminales que operan a nivel internacional, utilizando rutas de courier y puertos para abastecer de armamento a bandas locales.
La provincia de Guayas, y en particular Guayaquil, enfrenta una ola de violencia sin precedentes, con un incremento del 15% en muertes violentas en las primeras semanas de 2025 en comparación con el año anterior. El decomiso de estas armas, que podrían haber sido utilizadas para perpetrar sicariatos, extorsiones y otros delitos, destaca la importancia de los controles aduaneros y la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado. La Policía ha señalado que los fusiles, de calibres como 7,62×39, son frecuentemente empleados por grupos armados, lo que refuerza la hipótesis de que este cargamento estaba destinado a fortalecer las operaciones de estas organizaciones.
El Senae ha reiterado su compromiso de fortalecer los protocolos de inspección en los puntos de entrada al país, mientras que la Policía Nacional ha anunciado que trabajará en conjunto con agencias internacionales para rastrear la red detrás de este envío. La alerta internacional que permitió el decomiso sugiere una colaboración con autoridades estadounidenses, aunque no se han revelado detalles específicos sobre la investigación en curso. Este caso se suma a otros operativos recientes, como el decomiso de dos toneladas de cocaína en el Puerto Marítimo de Guayaquil en 2021 y la incautación de explosivos y armas en allanamientos en 2024, evidenciando la magnitud del desafío que enfrenta Ecuador en materia de seguridad.
La ciudadanía, alarmada por la escalada de violencia, ha expresado su preocupación en redes sociales, donde el hallazgo ha generado reacciones de apoyo a las fuerzas de seguridad, pero también críticas por la permeabilidad de los sistemas de control. Mientras las investigaciones avanzan, las autoridades han hecho un llamado a la población a mantenerse vigilante y reportar cualquier actividad sospechosa, en un esfuerzo por desmantelar las redes que amenazan la seguridad del país.
