El ícono global del reguetón, Bad Bunny, ha anunciado una histórica residencia de 30 conciertos en el Coliseo de Puerto Rico, titulada No me quiero ir de aquí, que se llevará a cabo desde el 11 de julio hasta el 14 de septiembre de 2025. Este proyecto, descrito por el propio Benito Antonio Martínez Ocasio como una “carta de amor” a su tierra natal, no solo marca un hito en su carrera, sino que también se posiciona como un motor de recuperación económica y cultural para la isla, según informó Variety.
La residencia, que se realiza tras el lanzamiento de su sexto álbum Debí tirar más fotos el pasado 5 de enero, fusiona ritmos tradicionales como la plena, el jíbaro, la salsa y el reguetón, reflejando la rica herencia sonora de Puerto Rico. Los conciertos, producidos por Noah Assad Presents y Move Concerts, han generado una expectativa sin precedentes, con más de 400,000 boletos vendidos en tan solo cuatro horas, estableciendo un récord en la isla. Las primeras nueve funciones estarán reservadas exclusivamente para residentes puertorriqueños, en un gesto que subraya el compromiso del artista con su comunidad local.
Bad Bunny expresó a Variety que la idea de esta residencia siempre estuvo en su mente, intensificada por la nostalgia que sintió durante sus giras internacionales. “Fue difícil terminar mi última gira, porque todo lo que quería era pasar a este capítulo”, afirmó. El evento no solo celebra su identidad boricua, sino que también aborda temas sociales como la gentrificación y la migración, presentes en canciones como Lo que le pasó a Hawaii. Además, se espera que la residencia genere alrededor de 200 millones de dólares para la economía puertorriqueña, con la contratación de más de 1,000 trabajadores locales para la producción.
La logística del espectáculo promete una experiencia auténtica, con comida típica como bacalaítos y empanadillas, y un montaje que tomará diez días en el Coliseo, preservando la sorpresa para los asistentes. Bad Bunny también planea una gira mundial de 56 fechas a partir de noviembre de 2025, pero enfatizó que Puerto Rico sigue siendo el corazón de su proyecto artístico. “No es siempre un paraíso, pero también es un lugar que requiere suficiente resistencia para decir: ‘No me quiero ir, y nadie puede obligarme’”, declaró, encapsulando el orgullo y la resiliencia de su pueblo.
Con esta residencia, Bad Bunny no solo reafirma su conexión con Puerto Rico, sino que también consolida su papel como un narrador de historias y defensor de su cultura, llevando la esencia de la isla a un escenario global.
