La cantante y empresaria Beyoncé acaparó la atención de la prensa y los aficionados durante su asistencia al Gran Premio de Fórmula 1 de Las Vegas, celebrado el sábado veintidós de noviembre de dos mil veinticinco. Junto a su esposo, el rapero y productor musical Jay-Z, la artista fusionó la moda de alta costura con el glamour del automovilismo al lucir dos atuendos de impacto inspirados en la estética de los pilotos de carreras, consolidando la presencia de celebridades en uno de los eventos deportivos más importantes del calendario. Su aparición se convirtió en uno de los momentos más comentados de la jornada, que concluyó con la victoria de Max Verstappen en la pista.
El primer conjunto de la estrella pop consistió en un llamativo mono largo de cuero tricolor, en blanco, rojo y negro, con diseño patchwork, una prenda firmada por la casa de lujo Louis Vuitton. Este look fue complementado con mitones rojos, botas negras, gafas de sol estilo aviador y un bolso a juego. Posteriormente, Beyoncé optó por un segundo outfit dominado por el color rojo, compuesto por un mono corto con microshorts y un escote pronunciado, esta vez decorado con el escudo de Ferrari, que combinó con un abrigo largo de látex, guantes, medias de rejilla y peep toes de plataforma. La artista compartió en su cuenta de Instagram videos de su experiencia, incluyendo una vuelta VIP en un coche deportivo, lo que generó elogios de sus seguidores y de figuras como la cuenta oficial de la Fórmula 1, reafirmando su capacidad para dictar tendencias. La presencia de la pareja en el paddock resaltó la integración cada vez mayor entre el deporte de élite y la cultura pop en Estados Unidos.
