Europa enfrenta un brote de gripe H3N2, impulsado por la variante K de influenza A, el cual se anticipó entre tres y seis semanas a lo habitual, generando una presión extrema sobre los sistemas de salud. La Organización Mundial de la Salud advirtió sobre la severidad de esta ola gripal, que circula simultáneamente con el virus sincicial respiratorio y el SARS-CoV-2, complicando los diagnósticos. La variante K de H3N2 presenta múltiples mutaciones que aumentan su capacidad de contagio y reducen la eficacia de las vacunas anteriores, aunque no se ha comprobado que cause cuadros más graves, sí ha provocado un notable aumento de hospitalizaciones en países como Reino Unido y España.
Los especialistas han insistido en la vacunación anual para los grupos de mayor riesgo, que incluyen a mayores de 65 años, niños menores de cinco años, mujeres embarazadas, pacientes inmunodeprimidos y personas con enfermedades crónicas como diabetes, obesidad o condiciones cardíacas y pulmonares. Estos grupos concentran la mayor tasa de hospitalización y mortalidad por gripe. Aunque la eficacia de las vacunas disponibles se ha visto ligeramente reducida ante la variante K, siguen siendo la mejor herramienta para prevenir complicaciones graves. En América Latina, los expertos recomiendan adelantar la campaña de vacunación antigripal a marzo, anticipando el posible arribo del virus durante el otoño austral.








